sábado, 12 de septiembre de 2009

Homenaje al Costalero



Debe esta entrada servir, como el propio título indica, como un homenaje a un costalero, porque el que nace costalero muere costalero. Esta entrada queremos dedicarla a un joven costalero que tuvo una retirada temprana del palo por problemas de espalda, tal vez por ser un buen compañero, uno de esos de los que de siempre había oido a los mayores que en el momento en que un compañero no iba bien, allí estaba él para cambiarle el sitio para aliviarlo un rato. Como costalero tengo un vago recuerdo suyo, únicamente el de los ensayos de antaño en el que un grupo de niños nos subiamos encima del paso de Maria Stma. de los Dolores para hacer de peso en el entreno. Como persona, los recuerdos si son más abundantes, un hombre de los que se visten por los pies, un hombre extrovertido y amable, generoso y buena persona. Alguien que nunca fallaba a su cita ineludible con la Virgen de la Paz en el Postigo. Costalero que recibió de su familia el amor por Ntra. Sra. de los Dolores y que supo transferir a su hermano, a quien inculcó el amor que se profesa a la Virgen desde las trabajaderas. Hoy, se encuentra al lado de su Bendita Madre de los Dolores, animando a su familia para superar este duro golpe, se nos fue, pero se fue como los grandes, peleando hasta el último momento.
Deseamos con estas líneas únicamente rendir un digno a homenaje a quien lo merece, así como alentar y apoyar como siempre a su familia. Darte las gracias siempre por quien fuiste y por como fuiste conmigo.
Gracias Antonio.

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