miércoles, 16 de septiembre de 2009

Antiguas formas de obtener ingresos en las Hermandades...Por L.M.R.P.

Cada día nuestras hermandades se enfrentan a un reto importantísimo para el que se precisa el apoyo de todos sus hermanos y devotos y no es otro que conservar, restaurar y mantener el patrimonio de siglos que las generaciones anteriores han dejado a través de los tiempos.
Nuestras hermandades han crecido y con ellas sus necesidades, pero estas siempre han estado presentes. Todos conocemos las fórmulas actuales empleadas por las Hermandades para obtener sus ingresos, pero en otros tiempos, aunque las necesidades eran menores, las posibilidades de sus hermanos y de la población en general lo eran mucho más, sin embargo, el entusiasmo, el ingenio y la imaginación empleada para este fin eran desbordantes. De ello nuestra Hermandad de los Dolores posee algunos ejemplos que queremos rescatar de la memoria viva que ésta posee como parte esencial y significativa de todo ese patrimonio al que nos referíamos anteriormente y que no es otro que el apego durante toda una vida de hermanos y hermanas que han trabajado día a día en beneficio de nuestra Hermandad. Ellos nos hablan de las rifas de pavos, de gallinas, de potros, chivos…, y como escucharon hablar a los “viejos” de algunos años como a éstos les contaban cuando la Hermandad hacía corridas de toros para conseguir fondos, reuniones en los tiempos de Cuaresma cuando en el lugar de ensayo se comían un guiso de espinacas o de habas en cazuela y con el buen mosto de entonces y de donde salían esas rifas, o bien esas cuotas, etc. Y también como algunos costaleros cuando se fue a comprar los candelabros de cola para el paso de palio dejaron de beber vino todo ese tiempo hasta que se pudieron comprar y ese dinerillo lo empleaban en tal proyecto; o también aquel año en que se montó por primera vez la cruz de la Hermandad y hasta una caseta de feria haya por finales de los setenta hecha de palos a estilo sombrajo… y tantas otras. Todo lo hacía posible un buen ambiente vivido en la hermandad y la generosidad que da la escasez; hoy, todo se ha hecho un poco más grande, más amplio y distante y el esfuerzo y el calor que hay que poner al ambiente es un poco mayor, pero al final la gente siempre responde como se viene demostrando desde hace ya tantos años, con numerosos festivales organizados por la hermandad, fiestas en discotecas por los jóvenes de algunos años, o el año en que se llenaron los comercios de Lebrija de huchas para obras de caridad o los dibujos y letreros de moneda en la plaza o cómo los jóvenes de hoy día montan el belén, reparten las bolsas de alimentos en Navidad, etc.
Es por ello que ideas no faltan, pero siempre son pocas y las personas para llevarlas a cabo nunca están de más; por otro lado, son estas cosas de afrontar proyectos e ideas en común y llevándolos a buen término lo que mantiene a sus hermanos en contacto y unidos que con el amor hacia sus titulares por encima de todo, es la finalidad de estas.

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