lunes, 7 de febrero de 2011

La Acción Social en las Hermandades (II): La Acción Social de Nuestras Hermandades en la Actualidad

El auge que nuestras hermandades han experimentado durante el siglo XX ha repercutido de forma notoria en la promoción de una importante labor asistencial cuyo desarrollo sigue un ritmo creciente en las últimas décadas. Es innegable que la caridad ha desempeñado, como hemos visto anteriormente, una importante misión en el seno de las hermandades, pero no puede desconocerse tampoco que la carestía en que nuestras propias corporaciones se veían inmersas afectaba al desarrollo pleno de esta dimensión principal de la hermandad. Hoy las circunstancias han cambiado: no sólo por el progreso general de nuestra sociedad y porque nuestras hermandades han venido consecuentemente a mejor fortuna, sino también porque el magisterio de la Iglesia, profundamente renovado tras el Concilio Vaticano II, urge a los laicos a una acción directa e inmediata en la propagación del Evangelio. Fruto de ello, los cofrades somos cada vez más sensibles y más conscientes de que nuestro culto necesita ser autenticado en el pergamino de la vida con la tinta de nuestro esfuerzo.

Son de destacar, las reticencias de las hermandades a publicar los datos relativos a su labor asistencial y la propia dificultad que entraña la recopilación exhaustiva de información en esta materia. Esa ausencia de transparencia perjudica la propia imagen de las instituciones de la Iglesia y el alcance y dimensión real de su labor social: “los servicios sociales de la Iglesia hacen muy poco por dar a conocer a la población las prestaciones que realizan. En una sociedad donde calles, carreteras, prensa, radio y TV nos bombardean con publicidad, resulta sorprendente que se difunda tan poco una labor de tanta calidad y tradición en la historia de España… De todas formas, ese desinterés por la información, además de no beneficiar a la imagen de la Iglesia, perjudica sobre todo a los que la necesitan, pues por desconocimiento no todos pueden acudir a ellos”.

En cuanto al contenido de los proyectos asistenciales que nuestras corporaciones emprenden el espectro es amplio y variado. Evitando incurrir en la enumeración casuística de proyectos particulares podemos clasificarlos en unos cuantos apartados:

- Atención directa a necesidades básicas y becas de estudio. Es el apartado más destacado en volumen y actividad de nuestras bolsas asistenciales. Prácticamente la totalidad de nuestras corporaciones dedican una parte sustancial de su presupuesto a sufragar gastos ordinarios de personas y familias en situación de precariedad económica.

- La creación y mantenimiento de centros de atención social para necesitados, ancianos y discapacitados. Esta tipología era hasta hace unos años muy escasa, pero está sufriendo un incremento en la última década y sigue en aumento en la actualidad

- Contribución a congregaciones, organizaciones e instituciones sociales ya constituidas. En este capítulo ocupa un papel importante la ayuda económica a las Cáritas de las parroquias en las que nuestras corporaciones se hallan incardinadas, así como la contribución a la Cáritas diocesana y a la Iglesia de Sevilla. No puede omitirse la colaboración con otros proyectos entre los cuales deben reseñarse: parroquias e instituciones religiosas, conventos y monasterios, campamentos de verano y Organizaciones no Gubernamentales de ámbito nacional, como Proyecto hombre, Fundación Marcelo Spínola para la lucha contra el paro, la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón o Asociaciones para la asistencia y reinserción de presos, entre otras.

- Ayuda a los países subdesarrollados. A través de colaboraciones puntuales mediante la colaboración en proyectos con vocación de continuidad.

- Asistencia a enfermos y mayores. Otro ámbito de actividad se circunscribe a la asistencia a enfermos, la visita, auxilio y compañía a personas mayores que sufren, además de los avatares de su enfermedad, el azote de la soledad. Se detecta en nuestras corporaciones un interés por este modelo de acción social que comienza poco a poco a desarrollarse y que no requiere de un excesivo despliegue de medios.

- Proyectos formativos específicos gestionados directamente por las Hermandades. En esta sección se incluyen, entre otras, colonias y campamentos de verano, cursos de formación destinados a promover la incorporación al mercado de trabajo de inmigrantes o personas de escaso nivel profesional.

Como se puede apreciar, el panorama de acción social de nuestras corporaciones es, sin resquicio a dudas, rico y variado. Hemos de constatar, no obstante, algunas carencias más notorias que las Hermandades registran en el desarrollo de su labor y que son, básicamente, dos:

- El todavía deficiente desarrollo de un voluntariado propio.

- La excesiva dependencia de las bolsas de caridad respecto de la tesorería de las Hermandades que resta eficacia a su actuación.

Por Alfonso de Julios Campuzano

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