miércoles, 20 de enero de 2010

Manuel Villanueva y el Herodes...




Manuel Villanueva Granados,
capataz del paso de misterio de Nuestro Padre Jesús del Silencio.

"En dos Años la cuadrilla adoptó el sello que nunca ha perdido"

Ha cumplido este año 25 años como capataz del misterio y repasa toda su trayectoria al frente del martillo. Desde que cogió el martillo ha logrado convertirlo en uno de los estilos de andar más reconocidos en toda Sevilla.
Javier Macías.

-Usted ha debido tener muy buenos maestros...
-La escuela es de mi padre -Antonio Villanueva-, ya que empecé a trabajar con el en 1963 hasta 1970. Ese año me fui a trabajar con Manuel López Díaz, "El Moreno", y Domingo Rojas Puerta. Cuando pasó un tiempo y ellos me vieron suelto, me empezaron a dar cancha y adquirí más experiencia. Empecé como segundo capataz, aunque con Domingo Rojas empecé a mandar las cofradías que teníamos porque el tenia un pólipo en las cuerdas vocales y no podía hacerlo. Como capataz principal empecé cuando se fundaron las cuadrillas de hermanos costaleros. Yo llegué a la Amargura con mi hermano Carlos, que ya había sido capataz del misterio en los años 1980 y 1981, que estuvo conmigo hasta que se fue a San Roque.

-Y la saga continua...
-La verdad es que sí. A mi hijo Antonio le gustan mucho las cofradías y eso es muy importante para aprender. Nosotros sabemos que tenemos una buena escuela y él lo fundamental lo ha aprendido muy bien. Cuando él llegó, los tres primeros años, le dejaba que hiciera cositas, hasta que lo vi preparado y con categoría. Mi hijo ahora está cogiendo experiencia y veteranía para hacer las cosas con seguridad. El día que me di cuenta fue cuando pasó por primera vez el "Herodes" por la estrechez de Francos. Me lo pidió y yo le dije que sí, "pero como le des un porrazo tú y yo estamos en la calle". Me sorprendió como lo hizo. Eso me da mucha tranquilidad por que cuando yo me vaya se quedara alguien con condiciones para hacer las cosas bien. Aunque no pienso en retirarme, entiendo que cuando me vaya -porque nadie es perenne-, se tiene que quedar una persona capaz de sustituirme. La gente habla muy bien de él y como su padre me siento orgulloso.
Sus inicios junto a su padre en San Benito.

-¿Sintió algo especial ese año?
-Siempre se siente año especial porque cuando se cumple algo así se mira hacia atrás y se te vienen muchas vivencias a la cabeza. Casi todos momentos buenos, aunque también algunos duros, como cuando llegue y la cuadrilla estaba desecha. La verdad es que me volqué y puse toda la sabiduría en esta cuadrilla. En dos años se montó y comenzó a coger el sello y auge que hoy en día tiene.

-¿Este sello lo pone la hermandad o su ideal de cómo debe andar un paso?
-Nadie me dijo como tenía que ir, aunque yo sabía cuál era la idiosincrasia de esta cofradía. Me dejaron trabajar y gustó como iba. Este paso tiene un sello distinto porque no todos tienen que ir igual, aunque son de la misma escuela. Me acuerdo que en el primer ensayo se puso un cassette y no me gustó como salió andando el paso. Desde entonces no he puesto nunca música en los ensayos porque creo que lo primero que hay que hacer es enseñar a andar al costalero y, consiguiéndolo, ya se le ponga una banda de cornetas y tambores o una de música, anda perfectamente. Eso salió muy bien y de hecho cuando hace falta que el costalero se olvide de la música lo hace sin más.
-¿Como recuerda su primera vez delante del misterio, le dio miedo ese paso tan grande?
-Miedo no, me causaba y me causará siempre respeto, como en todos los pasos que mando. Yo cuando toco el martillo el Domingo de Ramos siento un gran respeto porque no se le puede perder la cara. He tenido la gran suerte de mandar misterios grandes como el de la Lanzada o el del Porvenir y cuando llegue aquí venia con bastante experiencia.

-¿Hay mucha diferencia en la cuadrilla desde entonces hasta ahora?
- El estilo de trabajar y de andar es el mismo desde que me hice cargo de la cuadrilla. Lo que sí ha cambiado es la gente porque ahora quedan muy poquitos de los que empezaron, aunque se han ido retirando poco a poco. También es cierto que la doblé forzado por las circunstancias, porque no me gusta tener dos cuadrillas para un mismo paso. Hasta hace pocos años se mantuvo con dos relevos y quizá fue este paso de los últimos que se dobló. Lo tuve que hacer porque, gracias a la fama que adquirió, cada año se presentaban mucho aspirantes y no pude seguir manteniéndolo. Lo que nunca haré es echar a nadie que valga para meter a alguien nuevo, porque entonces destruiría todo lo sembrado. El que entra aquí se amolda al sistema y sabe adónde viene. Este paso se paseó igual cuando no era la cuadrilla doble que ahora que si lo es, y así se demostró el pasado Santo Entierro Grande, cuando muchos se fueron a sacar otras cofradías y no completé las dos cuadrillas.

-¿Cuál ha sido el mejor momento que ha vivido aquí?
-Me quedaría con los Santos Entierros de 1992 y 2004 porque siempre se hablaba de que el misterio sale el Domingo de Ramos y por eso iba así y se demostró que el Sábado Santo, con menos costaleros incluso, se paseó incluso mejor. El paso de vuelta venia "volando".

-Es el canon en cuanto andar clásico---¿le enorgullece esa idea?
-A mí lo que me enorgullece es el fruto de mi trabajo, tanto en la Amargura como en las demás hermandades. En todos los sitios pido lo máximo de los costaleros y siempre se ha ido a más. La gente viene aquí muy motivada.

-¿Hay mucha lista de espera?
- Hay mucha gente esperando pero yo no tengo lista de espera porque no me gusta. Pongo a los que veo más preparados pero, como me quedo con las caras, sé quien lleva más tiempo intentándolo. Este año han entrado tres nuevos y uno de ellos llevaba cinco años. Me da pena tener que decir año tras año que no hay hueco. Yo les diría a los hermanos y a los no hermanos que quieran entrar en la cuadrilla que no dejen de intentarlo.

-Fue muy emocionante la levantá por Maripili antes de salir...
-Sí. Cuando pasó lo de Maripili y vi a sus padres, con quienes tengo una gran amistad, además del cariño que le tenía a ella, me afectó muchísimo. El Domingo de Ramos estaba dándole vueltas al paso y vi a Manolo rezándole a la Virgen y pensé que había que rendirle un homenaje a su hija, porque era una persona extraordinaria.

Boletín de la Amargura, Mayo 2009.
Publicado por El sobrino en martes, septiembre 01, 2009
Etiquetas: artículos, noticias. Maestros del Martillo

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