Otro año más llegó y pasó el domingo más próximo a la festividad de la Esperanza. Este año cayó en 19. No se lo que significa este día para otros, pero para mi es un día grande, es el día en que mi Madre del Cielo baja para estar unas horas con los suyos, para oir como la gente le susurra sus necesidades, unos pidiendo salud a la Virgen con la mirada, otros un trabajo, otros que termine pronto la crisis y como estas muchas más...Para mi es día grande porque es cuando más cerca la tengo, físicamente hablando claro está, porque por lo demás, siempre la tengo conmigo allá donde yo esté y donde yo vaya.
Ella siempre fue mi debilidad proclamada a los cuatro vientos y todo el que me conoce lo sabe bien, tanto Ella como su Bendito Hijo Nazareno me lo han dado todo, me han hecho lo que soy, me han puesto a tanta gente en mi camino...De Ella nací y a Ella pertenezco. No os cuento nada más porque el resto es nuestra historia pequeña, la que solo Ella y yo sabemos, pero aquí os dejo unas imágenes de su solemne besamanos.
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