domingo, 13 de febrero de 2011

La Centuria de la Torrija (Fotos: Nazareno de Negro)

Aquí tienen ustedes a dos individuos de la Centuria de la Torrija en un ensayo. Quizás lo más peculiar es que ensayan con el casco de plumas puesto para ir acostumbrandose a él de cara a la próxima Semana Santa.


miércoles, 9 de febrero de 2011

Pregonero Semana Santa Lebrijana 2011 (Fotos: Irene Trujillo)



Para los más rezagados, por si algunos no lo sabían aún, aquí tienen unas intantáneas del próximo pregonero de nuestra Semana Santa de 2011. Debemos anunciar que decir que será nuestro amigo D. Antonio Joaquín Bellido Ramos, Capataz del paso de palio de Sta. Maria de Jesús y miembro de la Junta de Gobierno de la cofradía de la Oración en el Huerto, que es la encargada de la organización del Pregón de Semana Santa de este año.

Aquí les dejamos con unas imágenes de la presentación oficial del pregonero a la Alcadesa de Lebrija y la firma en el Libro de Honor del Ayuntamiento. A modo de anécdota, también pueden ustedes ver en una de las fotografías a la persona que desempeñará el papel de presentador/a del pregonero.

Sobre el pregonero sabemos que es hermano de la cofradía del Martes Santo además de la Hermandad del Santo Sepúlcro. Experto en estas labores, pues fue Pregonero en el Pregón de su Hermandad y Exaltador de la Patrona, Ntra. Sra. del Castillo, Comunicador de Punto Radio Lebrija en los deportes y amigo de Tertulias Cofradieras y paseos nocturnos por la capital hispalense entre igualás, cereales fermentados en agua y croquetas...

Ya hasta la próxima, que será si Dios quiere el Miercoles de Ceniza en la presentación oficial, hasta entonces, ENHORABUENA Y MUCHA SUERTE AMIGO.

lunes, 7 de febrero de 2011

La Acción Social en las Hermandades (II): La Acción Social de Nuestras Hermandades en la Actualidad

El auge que nuestras hermandades han experimentado durante el siglo XX ha repercutido de forma notoria en la promoción de una importante labor asistencial cuyo desarrollo sigue un ritmo creciente en las últimas décadas. Es innegable que la caridad ha desempeñado, como hemos visto anteriormente, una importante misión en el seno de las hermandades, pero no puede desconocerse tampoco que la carestía en que nuestras propias corporaciones se veían inmersas afectaba al desarrollo pleno de esta dimensión principal de la hermandad. Hoy las circunstancias han cambiado: no sólo por el progreso general de nuestra sociedad y porque nuestras hermandades han venido consecuentemente a mejor fortuna, sino también porque el magisterio de la Iglesia, profundamente renovado tras el Concilio Vaticano II, urge a los laicos a una acción directa e inmediata en la propagación del Evangelio. Fruto de ello, los cofrades somos cada vez más sensibles y más conscientes de que nuestro culto necesita ser autenticado en el pergamino de la vida con la tinta de nuestro esfuerzo.

Son de destacar, las reticencias de las hermandades a publicar los datos relativos a su labor asistencial y la propia dificultad que entraña la recopilación exhaustiva de información en esta materia. Esa ausencia de transparencia perjudica la propia imagen de las instituciones de la Iglesia y el alcance y dimensión real de su labor social: “los servicios sociales de la Iglesia hacen muy poco por dar a conocer a la población las prestaciones que realizan. En una sociedad donde calles, carreteras, prensa, radio y TV nos bombardean con publicidad, resulta sorprendente que se difunda tan poco una labor de tanta calidad y tradición en la historia de España… De todas formas, ese desinterés por la información, además de no beneficiar a la imagen de la Iglesia, perjudica sobre todo a los que la necesitan, pues por desconocimiento no todos pueden acudir a ellos”.

En cuanto al contenido de los proyectos asistenciales que nuestras corporaciones emprenden el espectro es amplio y variado. Evitando incurrir en la enumeración casuística de proyectos particulares podemos clasificarlos en unos cuantos apartados:

- Atención directa a necesidades básicas y becas de estudio. Es el apartado más destacado en volumen y actividad de nuestras bolsas asistenciales. Prácticamente la totalidad de nuestras corporaciones dedican una parte sustancial de su presupuesto a sufragar gastos ordinarios de personas y familias en situación de precariedad económica.

- La creación y mantenimiento de centros de atención social para necesitados, ancianos y discapacitados. Esta tipología era hasta hace unos años muy escasa, pero está sufriendo un incremento en la última década y sigue en aumento en la actualidad

- Contribución a congregaciones, organizaciones e instituciones sociales ya constituidas. En este capítulo ocupa un papel importante la ayuda económica a las Cáritas de las parroquias en las que nuestras corporaciones se hallan incardinadas, así como la contribución a la Cáritas diocesana y a la Iglesia de Sevilla. No puede omitirse la colaboración con otros proyectos entre los cuales deben reseñarse: parroquias e instituciones religiosas, conventos y monasterios, campamentos de verano y Organizaciones no Gubernamentales de ámbito nacional, como Proyecto hombre, Fundación Marcelo Spínola para la lucha contra el paro, la Asociación Española de Lucha contra el Cáncer, la Asociación para la Lucha contra las Enfermedades del Riñón o Asociaciones para la asistencia y reinserción de presos, entre otras.

- Ayuda a los países subdesarrollados. A través de colaboraciones puntuales mediante la colaboración en proyectos con vocación de continuidad.

- Asistencia a enfermos y mayores. Otro ámbito de actividad se circunscribe a la asistencia a enfermos, la visita, auxilio y compañía a personas mayores que sufren, además de los avatares de su enfermedad, el azote de la soledad. Se detecta en nuestras corporaciones un interés por este modelo de acción social que comienza poco a poco a desarrollarse y que no requiere de un excesivo despliegue de medios.

- Proyectos formativos específicos gestionados directamente por las Hermandades. En esta sección se incluyen, entre otras, colonias y campamentos de verano, cursos de formación destinados a promover la incorporación al mercado de trabajo de inmigrantes o personas de escaso nivel profesional.

Como se puede apreciar, el panorama de acción social de nuestras corporaciones es, sin resquicio a dudas, rico y variado. Hemos de constatar, no obstante, algunas carencias más notorias que las Hermandades registran en el desarrollo de su labor y que son, básicamente, dos:

- El todavía deficiente desarrollo de un voluntariado propio.

- La excesiva dependencia de las bolsas de caridad respecto de la tesorería de las Hermandades que resta eficacia a su actuación.

Por Alfonso de Julios Campuzano

La Acción Social en las Hermandades (I): La Acción Social de las Hermandades en la Historia

Cualquier análisis que se pretenda riguroso sobre la acción social en las Hermandades no puede prescindir de una mirada retrospectiva. Es justamente en sus orígenes donde podemos encontrar algunas pistas sobre los desafíos del presente. Nadie puede ignorar que el origen histórico de nuestras corporaciones, con sus luces y con sus sombras, está estrechamente vinculado al culto, al auxilio mutuo y a la vivencia comunitaria de la fe. Nuestras hermandades tenían, como uno de sus principales cometidos, la asistencia mutua, la ayuda a los desvalidos, a los necesitados y a los enfermos. De hecho, no fueron pocas las que crearon y mantuvieron, durante largo tiempo, hospitales, casas de asistencia y orfelinatos.

Son abundantes las referencias de los cronistas a la atención que nuestras hermandades prestaban en épocas ya remotas a los desvalidos, fruto de una preocupación por paliar las necesidades del prójimo. Muchas de nuestras corporaciones se emplearon en la ayuda a los enfermos. Muchas de nuestras corporaciones se emplearon en la ayuda a los enfermos, estableciendo hospitales para tal fin; otras, por el contrario, concentraron sus esfuerzos en el auxilio de niños huérfanos y no faltaron tampoco las que orientaron su actividad a remediar las necesidades de los presos y de los menesterosos.

El origen hospitalario y gremial de muchas de nuestras hermandades viene a confirmar esa orientación, rubricando la vinculación de las cofradías con el auxilio a los enfermos.

Las contrariedades y vicisitudes que nuestras hermandades han atravesado influyeron de forma decisiva en la continuidad histórica no sólo de sus labores caritativas sino también de las instituciones que las animaban. Unas, tras periodos de esplendor y gran predicamento devocional, decayeron de manera definitiva; otras, lograron superar los embates del destino acometiendo con nuevos bríos su propio discurrir histórico; no faltaron, finalmente, las que, a pesar de las incidencias que les infligían, perduraron con empeño hasta nuestros días.

Sea como fuere, el azaroso discurrir histórico de nuestras corporaciones no pudo dejar de afectar a su labor asistencial que, a pesar del tesón de sus hermanos, se veía resentida frecuentemente por calamidades que menguaron su fortuna: epidemias, terremotos o inundaciones se han de contar como causantes de estos males. En otras ocasiones, el variante rumbo de los acontecimientos políticos, las revoluciones o los conflictos entre la Iglesia y el poder civil, impidieron la restauración o continuidad de su labor asistencial.

Por Alfonso de Julios Campuzano

Igualá Ntro Padre Jesús Nazareno 2011