sábado, 31 de enero de 2009

Aniversario Servita



Un 12 de Octubre, María Santísima de los Dolores en su paso de palio era el centro de todas las miradas, una estampa extraña cuando hablamos de un paso de palio en octubre, pero no en 2008, ya que la Bendita Madre de los Dolores cumplía 250 años, aunque curiosamente como ya decía Joaquín Caro Romero "como todo verdadero amor, no tiene edad, siempre está naciendo", además de aquello de "Te adoramos con tanta fe y ahínco, que contamos los años que no tienes, pues no has cumplido aún los veinticinco".
Con un tiempo amenazante de lluvia, amaneció el 12 de Octubre presagiando lo que nadie quería, que la Virgen de los Dolores no hiciera su recorrido procesional extraordinario pero, a partir de las cuatro de la tarde el cielo se abrió dejando pasar una tarde esplendida donde el sol combatía por relucir entre las pocas nubes que aun quedaban en el cielo lebrijanos.
Alrededor de la siete de la tarde se abrían las puertas del Convento de San Francisco para dar comienzo a la Procesión Extraordinaria. Con repiques de las campanas, se asomaba el paso de palio por el viejo cancel de madera y entre una nube de incienso se intuía la silueta de la Dolorosa, a sones de “Aniversario Mater Servita”, marcha compuesta para la ocasión. Salía desde el atrio del convento a la plaza Manuela Murube, para revirar hacia la calle San francisco, donde esperaban a Su Virgen. Un día en que Lebrija se echó a la calle y junto con numerosos foráneos acompañaron por calles diferentes a su recorrido habitual a María Santísima de los Dolores en una procesión gloriosa, donde la única lluvia que hizo acto de aparición fue la de mas de 15.000 claveles deshojados y lanzados a su paso por la casa de hermandad en la calle José Sánchez de Alva. Finalmente las Hijas de la Caridad recibieron, frente a las puertas de su asilo junto con los ancianos, a la Virgen de los Dolores, que tras ser saludada con el canto de la salve, recorrió los últimos metros para recogerse de nuevo en el Convento alrededor de las 22.15 de la noche, concluyendo así un día histórico en la Hermandad de los dolores. Un broche de oro para los actos del 250 aniversario de María Santísima de los Dolores.

Tarde de Aniverario Servita


















miércoles, 28 de enero de 2009

Crónica de un Domingo de Ramos...


















Crónica de un Domingo de Ramos...


















Crónica de un Domingo de Ramos...


















Relevoooo!!!


El Puesto de Trabajo

Sirvan estas palabras como homenaje a todos aquellos hombres que sirven o han servido alguna vez bajo las trabajaderas de la Hermandad de los Dolores de Lebrija, ya sean bajo el Señor o bajo su Bendita Madre, la Virgen de los Dolores, o como no, en la cantera en la que se han formado tantos y tantos costaleros y capataces, San Juan Evangelista. Cuantas anécdotas, vivencias, sufrimientos, alegrías se han forjado aquí a lo largo de la historia y quedán por forjarse.

Pero como Tú, ninguna...



Pero como Tú, ninguna,
Estrella de la Mañana
De Morena de Juncal,
Y de Gracia Sevillana.
Pero como Tú, ninguna,
porque Tú eres la Giralda
en repique de alegría
por los caminos del alba
y también Torre del Oro
entre espumas recamada,
y Guadalquivir de encajes
con orilla de esmeraldas,
porque en sus cauces navegue
Tu Pena de Sal Amarga.
Pero como Tú ninguna,
Porque Tú eres la Bandera
Del Candor y la Ternura,
Rincón de amor y ventura
y eres su Calle de Cielo
y eres su Plaza escondida,
y eres Cristal de sus fuentes,
y eres Luz de sus esquinas
y eres Flor de sus jardines,
y eres Venda de su herida
y eres su Escudo de Gloria,
y eres Sangre de su vida
y eres Árbol de su sombra,
y eres Rosa de su espina
y eres Ala de su vuelo
y eres Campana en su arista
y eres Perfume en su ambiente,
y eres Color de sus días,
y eres Copla en sus sentires
y eres Faro y su Guía.
Por eso a Tí, Macarena
Talla en jardín de brisas
Con las Gubias Celestiales
Del Dolor y la Sonrisa,
Te hicieron la Soberana,
De las Legiones Divinas
Te coronaron de estrellas
Te proclamaron Bendita
Y te bajaron los Ángeles
Para dejarte en Sevilla
Por eso Reinas habrá,
Pero como Tú ninguna.



Antonio Pedro Rodríguez Buzón